Elevarse no nos pertenece. Tampoco bajar a los abismos. Ambas cosas requieren una gracia: cierta inocencia para lo primero, cierta lucidez para lo segundo. Los "estados alterados" de la conciencia, usted lo sabe ahora, descorren el velo -texto o tejido- que en condiciones "normales" oculta el abismo para hacernos soportable la existencia.
*Chantal Maillard. "La mujer de pie".Galaxia Gutemberg, 2015.
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